Por Roberto Esquivel
El “Cumplimiento normativo” (Compliance en inglés), es una herramienta esencial para aquellas empresas que inician la aventura del emprendimiento de un negocio, también para las empresas con cierto grado de madurez que se consideran pequeñas pero con experiencia, o para las medianas, y por supuesto, es una práctica vital para las empresas grandes.
Toda empresa nace o se emprende con la visión de crecer y lograr su permanencia en el tiempo, para el beneficio de los fundadores y de los colaboradores que participan en el desarrollo de la misma. El cumplimiento es una de las prácticas que el empresario no debe olvidar si quiere alcanzar este objetivo.
Desafortunadamente, al empezar con la empresa, el cumplimiento normativo se deja de lado porque se piensa que se debe dar prioridad a otros aspectos del negocio, como por ejemplo el mercadeo y las ventas. Se cree que el cumplimiento normativo se puede dejar para “más adelante”, cuando se cubran otras supuestas prioridades.
Sin embargo, obviar la obligación del cumplimiento normativo, pone en alto riesgo lo que puede ser el “proyecto de vida” de los emprendedores.
Como en el caso de la empresa estadounidense de biotecnología denominada Theranos. Esta compañía desarrolló un dispositivo portátil llamado Edison que lograba un análisis completo de sangre con solo un piquete en el dedo.
Según señala el sitio web entrepreneur.com, la fundadora de Theranos, Elizabeth Holmes, logró recaudar US$400 millones de inversionistas, lo que llevó a valuar la empresa en US$900.000 millones.

Elizabeth Holmes, CEO y fundadora de Theranos, durante un conversatorio en setiembre del 2014. Foto: Steve Jennings/Getty Images for TechCrunch
Holmes abandonó la Universidad de Stanford para crear su empresa a los 19 años. Inició en el 2003 y diez años después ya tenía contratos con las cadenas de farmacias más importantes de Estados Unidos, y con millones de dólares de inversionistas. Salía en portadas de revistas y se le reconocía como la multimillonaria modelo de su generación.
Mientras toda esta fiesta sucedía, varios científicos y organizaciones empezaron a cuestionar si los resultados que se publicaban del dispositivo Edison eran verdaderos. También surgieron dudas sobre las condiciones de higiene de la empresa.
La empresa nunca había pedido la licencia sanitaria de la FDA (Food and Drug Administration), y tras una visita que realizó este organismo gubernamental, se determinó que la empresa no cumplía con los requisitos necesarios. A Theranos le retiraron las certificaciones que tenía y se prohibió a Holmes dirigir un laboratorio por dos años.
Si desde el inicio, Holmes se hubiera comprometido con el cumplimiento de las normativas internas de producción, calidad e higiene, así como la normativas externas tales como licencias de operación, no hubiera perdido 10 años de trabajo y pasado de tener millones de dólares a cero. Tampoco se hubiera ganado el título que le puso el autor Steve Tobak de ser la peor emprendedora del 2015.
El cumplimiento normativo es una herramienta que, adecuada a la etapa de desarrollo de su empresa, minimiza el riesgo de que su proyecto de vida se destruya.
No importa el tamaño de su negocio, la práctica de cumplimiento normativo de la mano de Oller Abogados, adecuada a sus necesidades y posibilidades actuales, protegerá sus intereses ahora y en el futuro. Si desea más información o tiene dudas, por favor contáctenos a info@ollerabogados.com/blog
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