
Por Jose Prado y Luis Arredondo
Uno de los efectos más perceptibles del Covid-19 en la nueva realidad laboral es que las empresas, y por ende también sus colaboradores, se han dado cuenta que las condiciones de trabajo tradicionales: oficinas, jornadas, ubicación han dado paso a esquemas de mayor flexibilización y también, de mayor eficiencia para todos.
Así han surgido lo que denominan “Nómadas Digitales” que, como bien ha dicho Erika Collins del despacho Epstein Becker & Green, son individuos que no dependen de una localización, que trabajan de forma independiente o dentro de la planilla de una empresa y que brindan sus servicios mediante recursos tecnológicos no presenciales. Bajo esta figura, un Nómada Digital podría encontrarse en un hotel o AirBnB en la playa o la montaña, en una cafetería o en un espacio de coworking sin necesidad de estar en una oficina o incluso, en su propio país.
Este nuevo concepto ha nacido como una variable todavía más flexible del teletrabajo, permitiendo al prestador del servicio trabajar remotamente desde cualquier parte del mundo, siempre cumpliendo objetivos, fechas límites, y manteniendo el vínculo laboral con su patrono a distancia.
Ante esta realidad, países como Estonia y Barbados han establecido nuevas categorías de visas temporales con el fin de reactivar su economía y turismo a partir de la estancia temporal de estos individuos, quienes al producir divisas y consumo en el país “huésped” impactan directamente la economía del país.
En el caso de Barbados, la visa tiene un costo de US$2,000 para un individuo y US$3,000 para una familia y permite la estancia en el país por hasta un año, con salidas y entradas ilimitadas. Estonia por su parte tasa su visa entre €80 y €100 dependiendo de la estadía y permite desplazarse entre los países europeos adscritos al tratado de Schengen. En ambos casos se piden requisitos no muy distintos a los que solicita Costa Rica de quienes nos visitan como turistas: estar libres de Covid-19, mantener un seguro médico y acogerse a una cuarentena con posterioridad a su ingreso al territorio nacional. Además, los nómadas deben contar con ingresos anuales superiores a US$50,000 para Barbados y US$48,000 en el caso de Estonia.
Sin duda alguna, Costa Rica ofrece múltiples características y ventajas tecnológicas, turísticas y de salud para que un modelo como este sea atractivo para los Nómadas Digitales y que permitiría su desarrollo en todo el territorio nacional impactando economías locales deprimidas por la pandemia y contribuyendo a reactivar sectores duramente golpeados por esta crisis a través de los encadenamientos que la ausencia de turismo están desatendidos. Cabe entonces cuestionarse si Costa Rica puede proporcionar las condiciones migratorias idóneas para convertirse en un destino favorito de Nómadas Digitales.
Es preciso mencionar que el ordenamiento jurídico costarricense no contempla una categoría migratoria que se ajuste por completo a las características que han desarrollado Barbados y Estonia. Especialmente, y salvo un decreto que así lo exija, es poco probable que Costa Rica pueda competir con los plazos de aprobación de Barbados que en 72 horas concede el estatus migratorio mencionado.
No obstante, existe una categoría migratoria llamada “Estancia” que permite la permanencia legal en Costa Rica por un período de doce meses (renovable por el mismo plazo) a aquellos extranjeros que sean agentes de negocios, agentes viajeros o delegados comerciales de empresas extranjeras que ingresen al país para atender, desde aquí, asuntos propios de las empresas para las que trabajen.
Una de las principales características de esta categoría migratoria consiste en que los extranjeros no deben devengar salarios u honorarios en el país anfitrión, dado que su remuneración es pagada en su país de origen. O sea que perfectamente podría ajustarse al caso concreto.
Otra opción que podría significar una llave de entrada para convertirnos en un hub de Nómadas Digitales es el Decreto Nº36576-G-COMEX “Reglamento para el Registro de Empresas ante la Dirección General de Migración y Extranjería y la Regularización Migratoria de su Persona”, el cual fue elaborado por Ministerio de Comercio Exterior para desarrollar una política de atracción de inversión extranjera directa en Costa Rica.
Dicha norma establece un marco legal aplicable para que aquellas empresas con proyección internacional puedan trasladar su recurso humano extranjero a Costa Rica. De manera que bien podría el Ministerio de Comercio Exterior reformar dicho Decreto a efectos de crear una nueva categoría a la medida de los Nómadas Digitales con el fin de atraer nuevas divisas y convertir a Costa Rica en un referente mundial para esta nueva tendencia que mucho podría beneficiar al país en su posicionamiento dentro de la realidad Covid-19 y post-pandemia.
Consideramos que enfocarse en este grupo de trabajadores globales con soluciones a la medida, a partir de las facultades que otorga el Decreto mencionado, transmitiría un mensaje de avanzada a la comunidad empresarial internacional y de que el Gobierno también se ocupa de buscar respuestas novedosas a la encrucijada económica actual y al creciente desempleo.
Respecto de esto último, quien vaya a ocupar la cartera de COMEX podría conversar con el ministro del Interior de Estonia, Mart Helme, quien al respecto ha señalado “la visa nómada digital fortalecerá la imagen de Estonia como un estado electrónico y le dará a Estonia una voz más influyente a nivel internacional. También facilitará la exportación de las soluciones electrónicas de Estonia, que es particularmente importante para recuperarse de la crisis económica actual.”
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